Vuelve el silencio

Cada vez que matan a un profesional del periodismo el mundo se queda un poco más ciego, un poco más sordo, un poco más mudo y con el corazón más dañado.

Israel, su genocidio, no para de hacerlo. Asesina a periodistas premeditadamente para silenciar al pueblo palestino pero también para cegar, ensordecer y enmudecer al mundo frente al libre albedrío del terror.

Las armas utilizadas para asesinar a los más de 200 periodistas, desde octubre de 2023, no están fabricada por Israel, provienen de Estados Unidos y países europeos. Pero no son sólo las armas, es todo un entramado empresarial orquestado a nivel internacional el que alimenta este genocidio.

A finales de junio Francesca Albanese presentaba un informe que recogía las empresas vinculadas a los asentamientos israelíes y las consecuencias que esto tenía en los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del pueblo palestino en todo el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental. Lucía Trinidad Fernández, de la Agencia de Noticias Red Acción, analizó con más profundidad, la implicación de empresas europeas en este artículo para El Salto donde afirmaba que "la suma de las empresas europeas presentes en la base de datos es mayor que las de Norteamérica en su conjunto"

El silencio cómplice de los gobiernos occidentales frente al genocidio, su impasividad ante las transiciones económicas que arman al ejército Israelí son quienes están facilitando la muerte de periodistas, los responsables de que seamos una sociedad cada vez más mutilada.